LA REPRODUCCIÓN SEXUAL EN LOS ANIMALES

La reproducción sexual en los animales

La mayoría de los animales se reproducen mediante procesos sexuales. Sin embargo, algunas especies, como las medusas, tienen reproducción alternante, es decir, alternan procesos sexuales con asexuales.

Generalmente, en la reproducción sexual de los animales es necesaria la participación de dos individuos de distinto sexo, el macho y la hembra, cada uno de los cuales aporta una o varias células sexuales o gametos. Los machos y las hembras desarrollan unos órganos especializados en la reproducción, denominados gónadas, donde se forman los gametos.

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  En los machos, las gónadas son los testículos, donde se producen los espermatozoides. Estos gametos generalmente son pequeños y móviles.


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  En las hembras, las gónadas son los ovarios, donde se producen los gametos femeninos u óvulos. Estos gametos son inmóviles, de mayor tamaño que los espermatozoides, y acumulan sustancias nutritivas para nutrir al embrión, en desarrollo.

El sexo de los individuos

Atendiendo a si los individuos presentan o no ambos tipos de gónadas, las especies pueden ser:

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  Unisexuales. Cada individuo tiene únicamente un tipo de gónada. Los organismos presentan sexos separados, unos son de sexo masculino, o machos, con testículos, y otros de sexo femenino, o hembras, con ovarios. La mayoría de los animales son unisexuales. En algunos casos el macho y la hembra de la misma especie son muy parecidos, y solo se diferencias sus gónadas como en los perros o los gatos. En otros casos el macho y la hembra de la misma especie se diferencian en el tamaño, forma y color como en los leones o los pavos reales, etc. En este caso se dice que la especie tiene dimorfismo sexual.


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  Hermafroditas. Cada individuo posee ambos tipos de gónadas, masculinas y femeninas. Aunque los individuos hermafroditas producen ambos tipos de gametos, raramente se fecundan a si mismos (autofecundación). El hermafroditismo es frecuente en animales que viven fijos al sustrato, de lentos movimientos o parásitos, como el caracol, la lombriz de tierra, la sanguijuela o el percebe.